La obra civil necesita multitud de materiales para su realización; en buena medida, el plástico se utiliza de manera abundante como materia prima, además de su utilización a modo de envases, envoltorios, para señalización preventiva y por seguridad,…
La ejecución de la obra civil está sometida a una serie de regulaciones y normas que se compilan y analizan en los procesos de tramitación ambiental de los diferentes proyectos. Uno de los aspectos destacados, sujetos a valoración en las oportunas tramitaciones, es la minimización de la generación de residuos, así como su correcta gestión.
La obra civil está supervisada a lo largo de su realización por diferentes agentes, en lo que respecta, en este caso, a la gestión de los residuos. Esta gestión y supervisión se lleva a cabo internamente por las empresas que promueven y construyen, contando con los oportunos Gestores de Residuos, pero también por las administraciones competentes en materia ambiental.
No obstante, la ejecución material de la obra civil está a menudo condicionada por diferentes factores que se consideran prioritarios, también frente a lo ambiental, si bien esta exigencia va calando en el sector, poco a poco, a lo largo del primer tramo del siglo XXI. Por otro lado, las administraciones ambientales argumentan adolecer de personal y recursos suficientes para llevar a cabo todos los controles que parecen requerir las supervisiones normalizadas.
Se necesita una mayor concienciación ambiental del sector, a todos los niveles de su estructura, desde directivas hasta operarios de subcontratas, para lograr minimizar el uso de plásticos durante la ejecución de la obra civil, así como llevar a cabo un mejor autocontrol de su gestión como residuos, siendo conscientes de que un embalaje, una bolsa de plástico volada, un mallado rojo para la prevención, un tramo de tubería abandonado,…, tras unos años de exposición al sol, sumergido en el agua, enterrado por tierras removidas, no más de diez, se deteriora y fragmenta, generando los micro plásticos que, desgraciadamente, entran a formar parte del ciclo de la vida, en las redes tróficas, en los horizontes edáficos, en nuestras aguas.
Gestos sencillos de sensibilización ambiental, como la rutina de no abandonar el residuo plástico, además de evitar su uso, cuando prescindible, en el marco de la obra civil, son cada vez más demandados por el conjunto de la sociedad.
